En primer lugar se desinstalan todos aquellos elementos que puedan interferir en la colocación de la lámina además de protegerse todas aquellas zonas que sean susceptibles de mancharse o dañarse durante el proceso. A continuación, se limpian de manera cuidadosa los cristales que vayan a tintarse tanto por dentro como por fuera. Si no se limpiase de un modo correcto puede que la lámina no se pegue del todo y haya inclusiones de suciedad.

Se coloca la lámina encima del cristal para determinar las medidas y cortarla para que tenga la forma del cristal de nuestro coche – se suele dejar unos centímetros de margen. Después se aplica una mezcla de agua y jabón sobre la cara exterior del cristal y se coloca la lámina sobre el cristal, ajustándolo para que quede bien repartido.

El siguiente paso es aplicar calor con una pistola de aire caliente (trabajando a unos 300 grados de temperatura) en los sitios donde puedan observarse pliegues en la lámina. Con una espátula de goma se presiona de modo que la lámina tenga la curvatura exacta del cristal, eliminando los pliegues. Después se recortan los centímetros de lámina sobrante y se retira la lámina de la cara exterior, dejando secar el cristal.

A continuación se prosigue con la colocación del interior, quitando la capa protectora de la lámina, pulverizando de nuevo el cristal con agua y jabón como con la cara exterior y se inicia el pegado de la lámina. Se empieza desde el centro hacia los extremos, presionando la lámina con una espátula de goma.

Tras una revisión de la colocación de la lámina, de modo que no quede ninguna zona del cristal sin cubrir, se termina el proceso lavando la zona de actuación y dejando que se seque, ya con la lámina adherida y lista para salir a la calle. Ralarsa proporcionará el certificado de homologación del fabricante de las láminas con todos los datos tales como el modelo de lámina, especificaciones, lugar y fecha de instalación, datos del taller y datos del vehículo.